Entre las innumerables actividades de este año, se encuentra la realización de un viaje largamente deseado que por fin se pudo materializar. Invitados por el Dr. D. Rafael Rebolo López, director del IAC (Instituto de Astrofísica de Canarias), los miembros de ASAC que pudieron realizar esta interesante e impresionante visita, tuvieron la oportunidad de ir acompañados por nuestro insigne paisano el Dr. Rafael Rebolo, un verdadero lujo y un sueño para muchos que se hizo realidad.
Nuestros compañeros pudieron visitar el telescopio español IAC-80, situado en el Observatorio del Teide, desde este telescopio, el Dr. Rafael Rebolo y equipo descubrieron la primera enana marrón, ubicada en el cúmulo estelar de las Pléyades, a la que llamaron Teide 1.
Otras de las visitas fue en La Palma, al Observatorio del Roque de los Muchachos (ORM) ubicado al borde de la caldera de Taburiente a 2.395 metros de altitud, donde se encuentra el Gran Telescopio de Canarias, el mayor telescopio del mundo en el visible y el infrarrojo, y diversos telescopios de gran importancia internacional como el grupo de telescopios Isaac Newton, el telescopio William Herschel desde el que entre varios descubrimientos destacamos el de un agujero negro en la Vía Láctea, y el descubrimiento de las enanas marrones.
En el ORM se encuentran una gran diversidad de telescopios interesantes, como el mayor telescopio robotizado del mundo, el telescopio Liverpool, el telescopio LST-1 que es el primer prototipo del telescopio Cherenkov ”grande” que será parte del futuro telescopio Cherenkov Telescope Array, y el telescopio SuperWASP (Wide Angle Search for Planets) especialmente construido para la búsqueda de exoplanetas.
Os dejamos alguna imagen del viaje, y emplazamos a nuestros compañeros para que más adelante nos cuente en esta página todos los detalles de su viaje y de sus vivencias.
Los miembros de ASAC, fueron testigos del desolador paisaje que dejó el volcán en La Isla Bonita. La erupción del volcán Cumbre Vieja que nos mantuvo a todos pendientes de las retransmisiones sobre su evolución, dejó un paisaje cubierto todo de ceniza volcánica. La vida de sus habitantes quedó truncada en un momento, todas sus pertenencias, sus recuerdos, su trabajo, en definitiva toda su vida quedó bajo las cenizas del volcán. Nuestros compañeros quedaron impresionados y llenos de tristeza ante lo que veían sus ojos, fue algo que les encogió el corazón y que no olvidarán nunca. Estamos seguros que La Isla Bonita resurgirá de las cenizas y para ello es necesaria la ayuda de todos, es por ello que surgieron varias ideas para poder ayudar en la medida de lo posible, una de ellas fue el lanzamiento del libro solidario “Las otras historias del volcán “, el libro es la mayor obra publicada sobre la catástrofe volcánica ocurrida en el Valle de Aridane. El libro muestra unas impresionantes fotografías aéreas, y más de ochenta testimonios de quienes vivieron directamente estos sucesos. Los beneficios serán íntegramente aportados a la ONG Tierra Bonita para diversas acciones de ayuda a la población damnificada. Desde la Asociación Astronómica de Cartagena queremos dar mucho ánimo a todos los palmeros, con el deseo de que se recuperen muy pronto y puedan rehacer sus vidas.
JESUS MARTINEZ FRÍAS, GEÓLOGO: «EL LIBRO CUBRE EL LADO HUMANO DE ESTE FENÓMENO GEOLÓGICO»
El profesor del Instituto de Goeciencias (CSIC-UCM), y presidente de la Asociación Internacional de Geoetica, Jesús Martínez Frías opina que el libro «era una necesidad, porque con la erupción se ha hecho una labor científica excelente, que ha demostrado la capacidad investigadora de España, pero había que cubrir un vacío entre los aspectos científicos y los humanos, pues en la ciencia nos debemos sobre todo a la sociedad». «La componente humana no ha quedado suficientemente plasmada, y el libro ahí es una obra fundamental», afirma Martínez Frías, jefe del laboratorio de geociencias de Lanzarote, así como y colaborador de las agencias espaciales NASA y la ESA. Y añade: «Esperemos que este libro sirva para que los temas humanos de esta erupción se resuelvan de la manera más satisfactoria posible». El geólogo, que aporta su testimonio en esta publicación, reflexiona que «la ética es una columna vertebral de cualquier disciplina científica».